martes, 2 de diciembre de 2014

NO ETIQUETEMOS.




NO etiquetemos...las etiquetas que ponemos a los niños pueden generar comportamientos no deseados .Es el llamado «efecto pigmalión» de los padres sobre los hijos, o de los profesores sobre los alumnos. Demasiadas veces se pronuncian expectactivas o prejuicios durante el proceso comunicativo con los más pequeños sin tener en cuenta que en el futuro pueden originar sentimientos, comportamientos o rendimientos no esperados y/o deseados.

Un niño va formando el concepto que tiene de sí mismo en base a las valoraciones que recibe de sus padres, de sus abuelos, de sus tios, de sus maestros... Y si bien de pequeñito no le consideran capaz de hacer determinada cosa, muy probablemente acabe siendo incapaz de hacerla. Y no porque no tenga capacidad o habilidades suficientes, sino porque su entorno más próximo le está transmitiendo este mensaje, que difícilmente le invitará siquiera a intentarlo, a probar suerte... Se sentirá menos capaz que ellos y pensará que no puede hacerlo, que no tiene capacidad suficiente... y por tanto, será peor. Esto es lo que se conoce como "efecto Pigmalión".

Por eso debemos motivarle y elogiar sus capacidades. Si el niño se siente capaz de hacer algo, y además siente interés por conseguirlo, actuará de forma motivada y será probable que alcance sus metas.



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