miércoles, 4 de mayo de 2016

AYÚDALO A MEJORAR SU ATENCIÓN.



Seguramente has escuchado, no una, sino varias veces sobre niños que tienen problemas de atención. Incluso podría ser tu propio hijo quien presente este tipo de dificultades, pues se trata de una condición que afecta a muchas personas, en menor o mayor grado.
Pero, ¿qué significa que un niño tenga este tipo de problemas? Para entenderlo mejor, hay que partir de lo fundamental: la atención está involucrada prácticamente en todo lo que hace. Gracias a ella, puede participar y divertirse con un juego de mesa, realizar su tarea, ir y venir de la escuela sin olvidar sus pertenencias… incluso puede llegar a ser muy importante para que otros niños sientan respeto y estima por él. La atención, en pocas palabras, es un factor esencial para su desarrollo y aprendizaje.
¿Cómo evoluciona la capacidad de poner atención?


Una persona empieza a desarrollar su atención incluso antes de nacer, cuando todavía se encuentra en el vientre materno. Prueba de ello son los diversos estudios que han revelado el hecho de que el ritmo cardiaco del bebé cambia en cuanto escucha la voz de sus papás, interactuando y respondiendo así con el mundo exterior.

Luego, en cuanto nace, el niño es capaz de tener distintas reacciones a diversos estímulos, como por ejemplo, seguir con la mirada un juguete color brillante o voltear la cabeza como respuesta a un sonido. A la edad de dos años, los niños se convierten en exploradores: les encanta descubrir nuevas formas, texturas y sonidos. Alrededor de los cuatro años y medio su atención tiene una notable mejoría, pues llegan a ser capaces, por ejemplo, de escuchar un cuento de principio a fin o durar hasta 15 minutos haciendo garabatos en un papel sin distraerse con los ruidos  a su alrededor.
Después viene la etapa escolar, que va de los 7 a los 12 años, e implica retos importantes, por lo que el niño requiere del acompañamiento de sus padres para poder adaptarse a los cambios. A esta edad ya es capaz de retener una buena cantidad de información sobre los temas expuestos en el salón de clases o de realizar sus trabajos más rápidamente y con muchos menos errores.  
Un mundo lleno de estímulos


Entre otras cosas, el mundo actual se caracteriza por la gran cantidad de estímulos a los que todos estamos expuestos. Hoy en día resulta casi imposible salvarse del vértigo generado por la publicidad, el internet y las redes sociales, y los niños no son, definitivamente, una excepción. Por tal motivo es muy importante que sepas cómo ayudarles a desarrollar esta capacidad.

  1. Ten en cuenta que la motivación siempre juega un papel esencial cuando se trata de ganar la atención de alguien, así que cada vez que necesites que tu hijo esté atento a algo procura planteárselo de manera interesante y divertida.
  1. Fomenta el gusto por los juegos de mesa y, cada vez que vayan a empezar con un juego nuevo intenta ser muy clara al momento de explicar las reglas. Después pídele que repita las instrucciones para confirmar que lo haya comprendido correctamente y hacer cada vez más largos sus lapsos de atención.
  1. Ayúdale a dirigir su atención y su conducta. Por ejemplo, si quieres que recoja sus juguetes, señálalos al mismo tiempo que le das instrucciones claras y concisas. Si ves que se distrae llama nuevamente su atención y dirígelo para que termine de realizar la tarea que le encargaste.
  1. Tu hijo construye sus primeras ideas a partir del contacto que establece con su entorno, por ello es importante que observes el ambiente y determines si es apropiado para tu hijo. Para crear un ambiente armónico, los espacios deben estar organizados y bien delimitados para cumplir eficazmente con su función. Lo ideal es que haya sitio y momento para jugar, de la misma manera haya sitio y momento para hacer tarea, alejado de ruidos y distracciones.
  1. Ayúdalo a planear sus actividades y anímalo a tomar decisiones anotando sus compromisos en un calendario.
  1. Cuando se encuentre frente a un ejercicio que exija su concentración, como sería hacer su tarea, ayúdalo con pequeños descansos en los que tenga permitido el movimiento, sobre todo al principio de la etapa escolar, cuando requiere hacer un mayor esfuerzo para permanecer quieto.
  1. En casa puedes organizar diversas dinámicas para desarrollar su atención. Estos son solo algunos ejemplos: buscar un objeto siguiendo instrucciones, identificar y clasificar objetos, leer cuentos, colorear, armar rompecabezas o juegos de bloques. Todas estas actividades pueden ser de gran ayuda, sobre todo si estás consciente de ello e intentar sacar un mayor provecho.
Visto en: Psicología para niños.
Autora: Ana Paola León. Neuropsicóloga.

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