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miércoles, 4 de mayo de 2016

EJERCICIOS PARA MEJORAR LA ATENCIÓN EN LOS NIÑOS.




La capacidad de atención de un niño es una habilidad que va desarrollándose a medida que crece. Y pese a ello puede que notes que aún no es suficiente para cuando se pone a estudiar y hacer los deberes. Que tu hijo posea la capacidad de atender no quiere decir necesariamente que sepa o pueda concentrarse. Si tu pequeño se distrae con facilidad pon en marcha estas estrategias para mejorar su nivel de atención.

Un ambiente propicio

Cuando existen dificultades a la hora de mantener la atención, es importante crear un ambiente propicio y una predisposición adecuada por parte del niño. Para ello es conveniente:
• Buscar un espacio adecuado a la actividad que va a realizar. En el caso del estudio, debe tratarse de una zona bien iluminada, silenciosa y aireada. Conviene que se trate siempre del mismo espacio; de esta forma, con el tiempo se produce una asociación –por ejemplo, escritorio-estudio–, que predispone a la persona hacia una actitud acorde con lo que va a hacer y, por tanto, de mayor concentración.
• Preparar previamente aquello que se vaya a necesitar. Las constantes idas y venidas en busca de materiales rompen la concentración. Además, dale de merendar antes de empezar para que no te sorprenda con paseos a la nevera porque tiene hambre.
• Evitar distracciones como la televisión, la radio o el ordenador, si no se necesita para la tarea. La música tranquila puede ayudar a algunas personas a concentrarse, pero nunca se debe poner música con canciones, ya que seguir la letra dificulta la atención sobre la tarea.
• Fijarse objetivos a corto plazo. Aunque tengamos en mente una meta lejana, como puede ser aprobar bien el curso, siempre hay que tener objetivos cercanos. De esta forma, facilitamos la planificación que es una de las bases de la atención. Además, al ver con más facilidad cómo se van cumpliendo esos objetivos la motivación aumenta.
* Subrayar, hacer esquemas y resumir. Estas tareas ayudan mucho a los niños que se distraen con facilidad y no son capaces de sostener la concentración.
• Aumentar la motivación con comentarios positivos. A estas edades, además, es fundamental que el niño aprenda a “autoreforzarse”, es decir, que él mismo se felicite y se sienta orgulloso por el trabajo bien hecho a la vista de los resultados.

Juegos y ejercicios para mejorar la concentración 

  • Los rompecabezas son un excelente ejercicio de observación que exigen una gran concentración al mirar las piezas.
  • Copiar dibujos implica fijarse mucho en los detalles.
  • Los dibujos con números le obligan a fijarse y unir las líneas o colorear de acuerdo a lo indicado.
  • Los juegos de  memory o juegos de parejas también requieren mucha atención
  • Los juegos de buscar diferencias ejercitan la atención sostenida.
  • Relacionar textos con dibujos o colocar una tira cómica en el orden adecuado es divertido y ayuda a la concentración.
  • Aprender la letra de canciones o poemas es también un buen entrenamiento.
  • Las sopas de letras también se resuelven con mucha atención.
  • Los laberintos son divertidos y necesitan atención e inteligencia espacial.
  • Los mandalas para colorear son un excelente ejercicio de concentración. 
  • Los dibujos abstractos muy complejos, con muchas casillas pequeñas.
En general, todos los juegos de mesa como naipes, dominó, juego de la oca, parchis... unen la diversión con la obligación de concentrarse durante largos periodos.

Visto en: Guia del niño
Autor: Ísar Monzón. 

AYÚDALO A MEJORAR SU ATENCIÓN.



Seguramente has escuchado, no una, sino varias veces sobre niños que tienen problemas de atención. Incluso podría ser tu propio hijo quien presente este tipo de dificultades, pues se trata de una condición que afecta a muchas personas, en menor o mayor grado.
Pero, ¿qué significa que un niño tenga este tipo de problemas? Para entenderlo mejor, hay que partir de lo fundamental: la atención está involucrada prácticamente en todo lo que hace. Gracias a ella, puede participar y divertirse con un juego de mesa, realizar su tarea, ir y venir de la escuela sin olvidar sus pertenencias… incluso puede llegar a ser muy importante para que otros niños sientan respeto y estima por él. La atención, en pocas palabras, es un factor esencial para su desarrollo y aprendizaje.
¿Cómo evoluciona la capacidad de poner atención?


Una persona empieza a desarrollar su atención incluso antes de nacer, cuando todavía se encuentra en el vientre materno. Prueba de ello son los diversos estudios que han revelado el hecho de que el ritmo cardiaco del bebé cambia en cuanto escucha la voz de sus papás, interactuando y respondiendo así con el mundo exterior.

Luego, en cuanto nace, el niño es capaz de tener distintas reacciones a diversos estímulos, como por ejemplo, seguir con la mirada un juguete color brillante o voltear la cabeza como respuesta a un sonido. A la edad de dos años, los niños se convierten en exploradores: les encanta descubrir nuevas formas, texturas y sonidos. Alrededor de los cuatro años y medio su atención tiene una notable mejoría, pues llegan a ser capaces, por ejemplo, de escuchar un cuento de principio a fin o durar hasta 15 minutos haciendo garabatos en un papel sin distraerse con los ruidos  a su alrededor.
Después viene la etapa escolar, que va de los 7 a los 12 años, e implica retos importantes, por lo que el niño requiere del acompañamiento de sus padres para poder adaptarse a los cambios. A esta edad ya es capaz de retener una buena cantidad de información sobre los temas expuestos en el salón de clases o de realizar sus trabajos más rápidamente y con muchos menos errores.  
Un mundo lleno de estímulos


Entre otras cosas, el mundo actual se caracteriza por la gran cantidad de estímulos a los que todos estamos expuestos. Hoy en día resulta casi imposible salvarse del vértigo generado por la publicidad, el internet y las redes sociales, y los niños no son, definitivamente, una excepción. Por tal motivo es muy importante que sepas cómo ayudarles a desarrollar esta capacidad.

  1. Ten en cuenta que la motivación siempre juega un papel esencial cuando se trata de ganar la atención de alguien, así que cada vez que necesites que tu hijo esté atento a algo procura planteárselo de manera interesante y divertida.
  1. Fomenta el gusto por los juegos de mesa y, cada vez que vayan a empezar con un juego nuevo intenta ser muy clara al momento de explicar las reglas. Después pídele que repita las instrucciones para confirmar que lo haya comprendido correctamente y hacer cada vez más largos sus lapsos de atención.
  1. Ayúdale a dirigir su atención y su conducta. Por ejemplo, si quieres que recoja sus juguetes, señálalos al mismo tiempo que le das instrucciones claras y concisas. Si ves que se distrae llama nuevamente su atención y dirígelo para que termine de realizar la tarea que le encargaste.
  1. Tu hijo construye sus primeras ideas a partir del contacto que establece con su entorno, por ello es importante que observes el ambiente y determines si es apropiado para tu hijo. Para crear un ambiente armónico, los espacios deben estar organizados y bien delimitados para cumplir eficazmente con su función. Lo ideal es que haya sitio y momento para jugar, de la misma manera haya sitio y momento para hacer tarea, alejado de ruidos y distracciones.
  1. Ayúdalo a planear sus actividades y anímalo a tomar decisiones anotando sus compromisos en un calendario.
  1. Cuando se encuentre frente a un ejercicio que exija su concentración, como sería hacer su tarea, ayúdalo con pequeños descansos en los que tenga permitido el movimiento, sobre todo al principio de la etapa escolar, cuando requiere hacer un mayor esfuerzo para permanecer quieto.
  1. En casa puedes organizar diversas dinámicas para desarrollar su atención. Estos son solo algunos ejemplos: buscar un objeto siguiendo instrucciones, identificar y clasificar objetos, leer cuentos, colorear, armar rompecabezas o juegos de bloques. Todas estas actividades pueden ser de gran ayuda, sobre todo si estás consciente de ello e intentar sacar un mayor provecho.
Visto en: Psicología para niños.
Autora: Ana Paola León. Neuropsicóloga.