martes, 2 de febrero de 2021

LAS MASCARILLAS Y LAS PATOLOGÍAS DE LA VOZ.



La mascarilla que tanto nos protege, está provocando patologías en la voz. Para empezar a hablar de este tema, hay que recordar que nuestra voz tiene un gran componente psicológico. Ella es uno de nuestros sellos de identidad, es el reflejo de nuestro estado de ánimo, es el altavoz de nuestra comunicación y aunque no la vemos, ni la oímos como lo hacen los demás, la modulamos, la cambiamos y la proyectamos como nosotros queremos.

Pero ahora, tenemos un obstáculo justo delante de la puerta de salida de nuestro sonido, ¡la mascarilla!.

Además de hacernos perder parte importante de la expresión de la cara (cuando estás delante de otra persona , te das cuenta de cuanta información estamos perdiendo), para empezar perdemos parte de la vocalización, que en muchas ocasiones nos puede ayudar a la inteligibilidad en ambientes con un nivel alto de ruido.

Por otro lado, es cierto que, la mascarilla reduce el tono de nuestra voz y que, evidentemente, distorsiona el sonido. ¿Cuántas veces no nos han pedido o hemos pedido que nos repitan lo que han dicho? Esto provoca directamente, que levantemos nuestro volumen continuamente, tanto si es necesario, como si no, ya que al ponernos la mascarilla, damos por sentado, que a nuestro interlocutor le va a costar más entendernos.

Recomendaciones para cuidar la voz

¿Y qué hay que hacer entonces? Para empezar hay que recordar que la gran mayoría de la población, desconoce los hábitos básicos de higiene vocal y de respiración para tener una voz óptima y unas sanas cuerdas vocales. Por ello hay que hacer hincapié en recomendaciones para la voz que pueden parecer obvias, pero que no siempre se tienen en cuenta, como:

  • La hidratación: Beber una buena cantidad de agua (2 litros de agua al día aproximadamente) en pequeños sorbos, sobre todo en los momentos en que más utilicemos la voz.
  • No gritar y evitar ambientes ruidosos.
  • Hablar despacio y vocalizar el máximo posible.
  • Descanso: La voz es sensible a la falta de descanso y si notamos que nuestra voz se resiente, si es posible, lo mejor es dejar de hablar.
  • Procurar un ambiente o entorno con un nivel óptimo de humidificación, evitando calefacciones o aires acondicionados que tienden a resecar.

Fuente: ISEP. Instituto Superior de Estudios Psicológicos.
Autora: Ana Belén Cantudo. Logopeda.

 

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